ESPERO Y DESEO QUE OS ENCONTRÉIS TODOS Y TODAS BIEN .
CON EL CAMBIO DE ESTACIÓN OS TRAIGO NUEVAS RECOMENDACIONES PARA LEER.
A CONTINUACIÓN OS TRAIGO UNA SELECCIÓN DE LIBROS PARA ESTE VERANO.
¿CÓMO APRENDER A LEER UN NIÑO/A ?
O
¿CÓMO ENSEÑAR Y MOTIVAR A QUE UN NIÑO/A LEA?
Hay aprendizajes que son determinantes en la vida, que marcan un antes y un después en el desarrollo del niño. Aprender a leer es, sin duda, uno de ellos. Un aprendizaje que requiere un gran esfuerzo cognitivo y emocional por parte del niño y que concentra buena parte de su actividad durante sus primeros años en la escuela.
Aunque es en el colegio, tanto en el ciclo de Infantil como en los primeros años de Primaria, donde se concentra el proceso de aprendizaje de la lectura, los padres, las familias, pueden contribuir de una manera decisiva a facilitar, acelerar y fomentar el que el niño aprenda a leer y, sobre todo, que comience a disfrutar de la lectura.
Por lo general, los padres de niños en edad de dar sus primeros pasos con la lectura, conocedores de la importancia de que el niño progrese en esta actividad (y su evidente impacto en el futuro rendimiento escolar del niño o niña), no pueden evitar plantearse cómo anticipar o complementar en casa el trabajo del niño o la niña en la escuela. Tanto para agilizar el aprendizaje en aquellos niños que ya progresan adecuadamente en el colegio, como para dar un pequeño empujón a los que andan un poco rezagados y necesitan una ayuda adicional, el refuerzo en casa resulta esencial. Y el verano, las largas vacaciones estivales, nos ofrecen una oportunidad única para ello.
Las vacaciones son el marco perfecto para que los hijos puedan disfrutar con intensidad de sus padres. Para ello, el tiempo de calidad, el poder compartir actividades es imprescindible: jugar, salir juntos en bicicleta o a pasear, descubrir y explorar nuevos lugares. Pero aunque la componente lúdica y el juego serán predominantes, no por ello debemos renunciar a aprovechar el tiempo libre del que disfrutaremos durante estas semanas para desarrollar con nuestros hijos otro tipo de actividades. Y leer juntos, compartir y guiar los primeros pasos de nuestro hijo o hija con la lectura, puede ser una experiencia sumamente enriquecedora tanto para los más pequeños como para los padres, o abuelo).
Cómo ayudar a que tu hijo aprenda a leer este verano:
4 simples pautas
Aunque cada niño es un mundo y el cómo de rápido progrese con la lectura será el resultado de la suma de una amplia serie de factores (grado de desarrollo y madurez, curiosidad innata, entorno, equipo docente, hábitos familiares, etc.), los padres pueden acelerar de manera notable el aprendizaje de sus hijos siguiendo algunas sencillas indicaciones, recomendaciones que permitirán observar grandes progresos en el niño en apenas unas semanas. Probad a ponerlas en práctica este verano:
· Plantear el aprender a leer como un juego. Nada funciona peor con los niños que el intentar obligarles a hacer algo que no quieren. Evitad, por lo tanto, el tratar de forzar a tu hijo o hija a leer contra su voluntad. En su lugar, diseñad actividades con las que el niño se divierta. Elegid materiales de lectura y libros para aprender a leer apropiados pero que al mismo tiempo resulten atractivos para tu hijo. Para los más mayores, una vez que hayan superado las primeras etapas y sean capaces ya de leer por sí solos, dad un paso más y permitidle que sea él mismo el que, bajo vuestra supervisión, elija lo que quiere leer.
Relatos de magia, animales, detectives, fútbol... aprovechad la afinidad y curiosidad natural del niño o la niña por cualquier temática para incentivar el que lea. La variedad en literatura infantil es amplísima y podemos encontrar todo tipo de libros infantiles. Pedidle que os acompañe a la librería del barrio y elegid juntos los libros para el verano. Que los toquen, los ojeen y sientan como suya la elección.
· Leer junto a ellos. El mejor camino para aprender es el ejemplo. Y no hay mejor ejemplo del que proviene de tus seres más próximos. Convertid la actividad de aprender a leer en un juego compartido. Leed junto a vuestro hijo o hija. Y hacedlo con entusiasmo. Disfrutad de la experiencia. Utilizad voces divertidas, exagerad las onomatopeyas. Que aprenda de vuestra mano lo divertido que puede llegar a ser leer.
· 15 minutos al día... cada día. Aunque pueda resultar sorprendente, dedicar 15 minutos al día puede ser tiempo más que suficiente para activar y acelerar el proceso de aprendizaje de la lectura. En estas edades el cerebro del niño es una esponja cuando recibe el estímulo adecuado. Estos escasos minutos, bien trabajados y con el material apropiado serán suficientes. Eso sí, la constancia, el trabajar esos 15 minutos cada día (idealmente a la misma hora), resulta esencial. Planificad un día a la semana de descanso (los domingos, por ejemplo) y mantened la rutina de lectura diaria.
· Celebrar el progreso. Plantead en todo momento el tiempo que dediquéis a la lectura desde la sensación de éxito: el niño debe percibir que cada día aprende algo nuevo o domina mejor lo ya aprendido. Si se da cuenta de que va ganando pequeñas batallas, ganará la guerra. Desde este punto de vista, el refuerzo positivo (“lo has hecho muy bien”, “enhorabuena”) es clave. Sed pacientes con las correcciones (inevitables, por otra parte): un pequeño carraspeo acompañado de una sonrisa o un “no te he oído bien ¿puedes repetirlo?” será más que suficiente.
Seguid estas sencillas directrices a lo largo de estas vacaciones de verano y os sorprenderéis de los resultados. No sólo vuestro hijo habrá progresado de manera significativa en lo que se refiere a su capacidad lectora, sino que habréis tenido la oportunidad de compartir, contribuir y disfrutar de una etapa esencial en su desarrollo como persona.
El material de apoyo adecuado para cada edad, un elemento esencial
Más allá de las indicaciones generales que hemos visto, contar con el material de apoyo apropiado resulta esencial si queremos obtener los mejores resultados y que nuestro hijo progrese más rápidamente con la lectura. Disponer de los elementos de ayuda indicados, adecuados a las metodologías docentes y formatos más eficaces, resulta particularmente crítico en las primeras etapas del proceso de aprendizaje, durante la iniciación del niño en la lectura. Conforme el niño progrese y gane fluidez y autonomía, tal y como señalábamos antes, podremos centrarnos en facilitarle lecturas que se adecuen a su edad y que al mismo tiempo despierten su interés, dejando un tanto de lado aspectos más formales desde el punto de vista pedagógico.
¿Cómo pueden los padres identificar el material de apoyo más adecuado, las lecturas y libros para aprender a leer idóneos para ayudar a sus hijos? Es fácil perderse entre la amplia oferta existente sin la guía de un experto que pueda orientarnos a elegir los recursos más indicados. Portales especializados en técnicas, materiales y ejercicios para aprender a leer como el blog Libros para aprender a leer nos pueden ayudar a encontrar los libros para niños y cartillas de lectura más recomendables. Obviamente es esencial distinguir entre el material que podemos utilizar con niños de 3 o 4 años, que están comenzando a iniciarse en la lectura, construyendo sus primeras sílabas y palabras, y los libros que utilizaremos con niños de entre 5 y 7 años que comienzan a leer de manera progresivamente más fluida.
· Libros para aprender a leer dirigidos a niños de 3 y 4 años. En estas edades el niño típicamente maneja ya parcialmente el alfabeto y comienza a trabajar con sus primeras sílabas y palabras. Es el momento idóneo para recurrir a las tradicionales cartillas de lectura. O no tan tradicionales. De hecho, los expertos recomiendan escapar de la tentación de utilizar aquellas cartillas con las que nosotros aprendimos a leer hace ya bastantes años y recurrir a cartillas para aprender a leer más actuales, adecuadas a las metodologías de aprendizaje y diseños más modernos.
Un ejemplo de esta nueva generación de cartillas de lectura es la colección Aprender a Leer. Frente a cartillas de lectura más convencionales, la colección Aprender a Leer incorpora un diseño moderno, a todo color y basado en pictogramas, lo que hace que resulte muy atractivo para el niño o la niña. La cartilla trabaja tanto las letras mayúsculas y minúsculas como la letra ligada o entrelazada y la letra de imprenta, al tiempo que sigue un método de uso particularmente sencillo pero que permite obtener resultados con el niño en muy poco tiempo. Ideal sin duda para aprovechar estas próximas vacaciones para dar un buen empujón a nuestros hijos en su iniciación a la lectura.
· Libros para aprender a leer dirigidos a niños de 5 y 6 años. Una vez que el niño ha superado la etapa de reconocer las letras y es capaz de leer sus primeras palabras y frases está ya preparado para enfrentarse a sus primeras lecturas. La oferta de cuentos infantiles y lecturas para este segmento de edad es prácticamente ilimitada. Lo más recomendable es ofrecer al niño lecturas breves, álbumes ilustrados con una fuerte componente visual, un vocabulario y una sintaxis básica, que abarquen temáticas variadas y que sirvan al mismo tiempo para transmitir valores éticos y morales apropiados. Utilizar libros infantiles basados en cuentos clásicos o en personajes actuales que el niño conozca bien (personajes de películas - las de Disney son apuesta segura -, series y programas infantiles - Peppa Pig y similares -) suele funcionar particularmente bien en este segmento de edad.
· Libros para aprender a leer dirigidos a niños de 6 y 7 años. Cuando el niño es capaz de leer textos de cierta longitud (el equivalente a media página de un libro convencional) es hora de pasar a lecturas de mayor complejidad. Los expertos nos indican que esta etapa resulta especialmente delicada, no por la dificultad técnica de leer textos de mayor extensión y dificultad, sino porque es durante esta fase cuando el niño comenzará a adquirir ó no hábitos y actitudes positivas hacia la lectura. Resulta crítico, por lo tanto, acompañarle y guiarle adecuadamente si queremos que desarrolle hábitos constructivos hacia la lectura durante su adolescencia y edad madura. Aquellos niños que perciban en estas edades su actividad lectora como algo forzado o aburrido probablemente acabarán por trasladar este rechazo hacia la lectura a edades posteriores, con todo lo que ello implica.
Las opciones que nos ofrece la literatura infantil para esta franja de edad es de nuevo extremadamente amplia, aunque resulta especialmente destacable la innovadora aproximación de la colección Leemos Juntos. Es esta una colección de cuentos para niños diseñados para convertir la lectura en una experiencia compartida entre el niño y sus padres; la historia se lee de manera conjunta, alternándose niño y adulto, facilitando el apoyo directo e implicación del padre o de la madre, lo que a su vez redunda en un progreso más rápido y eficaz que el obtenido mediante técnicas de lectura tradicionales. El estímulo de leer junto a sus padres, de igual a igual, refuerza la confianza y autoestima del niño o la niña e incentiva de manera significativa su aprendizaje (lectura en familia para fomentar la lectura).
En definitiva, las vacaciones de verano nos ofrecen una oportunidad inmejorable para ayudar a nuestros hijos a introducirse en el maravilloso mundo de la lectura. El tiempo, esfuerzo y dedicación que como padres pongáis en esta labor de apoyo utilizando las guías y recomendaciones que hemos detallado pueden representar una gran inversión pensando en su futuro.
Vuestra actitud e implicación será un elemento esencial a la hora de influir positiva o negativamente en la relación que vuestro hijo o hija establezca con la lectura. Aprovechad estas semanas con ellos para darles este pequeño empujoncito con la lectura, no os arrepentiréis.
ESPERO QUE OS HAYA RESULTADO INTERESANTE
ESTAS RECOMENDACIONES.
COMO SIEMPRE DESDE EL ¡EL EQUIPO DE LA BIBLIOTECA! .
OS DESEAMOS UNAS ¡FELICES VACACIONES! Y UN MERECIDO DESCANSO .
ESPERAMOS VUESTROS COMENTARIOS Y NO OLVIDES
DAR A ME GUSTA!
GRACIAS Y NOS VEMOS EN SEPTIEMBRE.